Tras el devastador terremoto de 1985, México fue perfeccionando su sistema de actuación frente a estos fenómenos que incluyó la conectividad de alarmas que se activan cuando comienza a registrarse un movimiento. Con ello, se pretende que la gente busque lugares seguros y hasta se autoevacúe a los lugares de seguridad establecidos.
El director de INPRES, Alejandro Giuliano destacó a Diario La Provincia que "en San Juan así como en Mendoza no sería útil porque no podrían advertir nada. Sí, son útiles para las zonas de influencia cerca del epicentro de un terremoto. En este caso hablamos de Córdoba, por ejemplo. Acá no daría tiempo a nada porque la alarma sonaría al mismo tiempo que se registraría el sismo".
"Acá lo que debe reforzarse es la cultura sísmica. Es decir, conocer los lugares seguros dentro de una casa, escuela o lugar de trabajo, tener una mochila de emergencia, manejar el pánico. En San Juan tenemos un gran porcentaje de construcciones sismorresistentes por lo que ante un terremoto hay paredes que se dañarán pero no se derrumbarán. Hay mucho control en ese sentido", destacó.
Y sentenció "no hay que tener miedo de hablar de sismos o terremotos. Estamos en una zona altamente sísmica y hay que estar preparados siempre ya que no podemos predecir cuándo se registrarán".
