Empezó como un sueño: escuchar el sonido de las máquinas de coser y de las tijeras cortando telas para dar forma a "Sabanitas solidarias". Y es que Adriana Muñoz, impulsora de Asociación del Milagro, fue conociendo casos y casos de chicos que no tenían ropa de cama para dormir tanto en sus casas como en instituciones como maternidades de hospitales, ONG´s y entidades solidarias.
Fue así como comenzó a gestionar máquinas de coser y donaciones de insumos y finalmente hoy, el taller es una realidad. Todos los miércoles, antes de que el merendero de Capital se colme de chicos, mamás voluntarias llegan dispuestas a confeccionar las sábanas para Casa SAHNI, el hogar que recibe a chicos de departamentos alejados con tratamientos ambulatorios en el hospital Rawson. Esa institución será la primera que recibirá la primera partida solidaria.
"La idea es cubrir primitivamente la necesidad de instituciones que trabajen con pequeños, luego queremos llegar a familias con chicos con discapacidad. Somos todas principiantes en esto de la confección de sábanas pero confiamos en adquirir la habilidad necesaria para ir produciendo más", destacó Adriana a Diario La Provincia. Con dulzura y paciencia, guía e intercambia ideas con dos mamás que la acompañan en el arranque del proyecto. "Con este frío, no podemos imaginarnos a chicos sin la ropa de cama adecuada. Además, más adelante queremos coser frazaditas y hacer muñecos de apego", dijo.
"Vi que era muy precario el tema de las colchitas. Particularmente mi bebé estuvo en un cunero muy pobre de sabanitas. Le comenté a Adri lo que pasaba y ella tomó la iniciativa de hacer esta movida solidaria de encarar un taller de sabanitas", contó Gordillo que fue quien "encendió una mecha que ya sumó decenas de voluntades".
La joven ahora viene hasta el taller todos los miércoles y si bien la jornada está pensada de 15.30 a 16.30, ella le dedica más horas con el fin de poder avanzar más rápido con la confección de sabanitas. Junto a ella, su bebé la acompaña al taller quien durante la jornada descansa en su cochecito. "Ella duerme mientras yo trabajo, la veo como está y ayudo", agregó.
"Adriana nos insentivó a esto. Ayudar es lindo. Ver a los chicos que no tienen nada y poder tenderles una mano se siente muy bien", contó la abuela que ahora está haciendo sábanos para bebés pero ya puso la mirada en los muñecas de tela que harán desde las vacaciones con la mirada puesta en el Día del Niño.