Solidaridad

Maxi, hijo de una sanjuanina, lucha por su vida y necesita un corazón

El chico de 11 años sufre una miocarditis aguda que deterioró su salud y si no llega el órgano, deberá ser conectado a un corazón artificial. La angustia de su mamá y el pedido de conciencia para salvar vidas.
martes, 31 de enero de 2017 20:10
martes, 31 de enero de 2017 20:10
Maxi tiene 11 años, está en quinto grado y es muy entusiasta. En febrero de 2016, exactamente el 29 de ese mes, fue diagnosticado con una miocarditis aguda, una enfermedad que llegó a su vida de un día para el otro. Se estima que fue causada por un virus y su vida se transformó en otra. Desde ese momento a hoy fue internado cinco veces.

Actualmente está internado en la terapia intensiva del Hospital Italiano de Buenos Aires y en Emergencia Nacional. Maxi es de Córdoba pero viajó junto a su familia a la Capital cuando su caso se volvió más complejo en busca de nuevas esperanzas. Las drogas que los médicos le suministran ya no le hacen efecto según las palabras de su mamá, Paula Agliozzo, oriunda de San Juan, quien junto a su esposo Javier Molina viven días difíciles. Ellos vivían en Córdoba hasta que viajaron a Buenos Aires en octubre y tuvieron que quedarse allí. Maxi ya no se podía trasladar más.
 
El pequeño debe sobrevivir hasta que llegue el ansiado corazón. Un órgano que para él y su familia es la luz detrás de la oscuridad. Si no llega pronto será conectado a un corazón artificial. Su familia le brinda todo el amor y la contención que puede e implora por solidaridad. 

"Mi hijo era totalmente sano y de un día para el otro se le presentó esta enfermedad que es una miocarditis aguda aparentemente causada por un virus. Es una inflamación aguda del miocardio que aparece por un virus o una bacteria o causas congénitas. A cualquiera le puede pasar esto. La gente tiene que entender que cuando se muere los órganos no se van al cielo sino que quedan en la tierra para salvar a entre 7 y 10 vidas”, apuntó Paula a Diario Los Andes.

Y siguió: "Se dona corazón, pulmones, hígado, riñones, huesos, corneas, válvulas del corazón… Y en vida se salva a muchas personas donando sangre que permiten realizar trasplantes de médula. En este momento hay 20 chicos que necesitan trasplante cardíaco en el país. Y en el Incucai hay una lista de espera de 11 mil pacientes”.

Sus palabras están cargadas de angustia. Paula dice y repite que no se ha generado conciencia con este tema. Que el Incucai es un organismo muy serio pero que falta y mucho para la gente se anime a donar.  

"Este tema no da votos, no da rédito político pero descuidamos la vida. Es la espera de un órgano para vivir. No se compra, no se fabrica, viene del dolor de una familia que comprende que donando los órganos salva vidas. Es la luz de esperanza”, asegura Paula.

Ella misma solicita que como la población es solidaria con las donaciones a los inundados, por dar un ejemplo, ayude también con sus órganos porque la enfermedad puede llegar en cualquier momento y alterar la vida de cualquier familia sin previo aviso.

"Somos una familia normal y esto es un huracán. El que no transita por ésto no lo puede dimensionar. Pedimos que la gente entienda que lo que transitamos nosotros lo puede transitar cualquiera”, remarca ella.
 

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