"Descansa en paz angelito", dijo una voz mientras los globos azul y amarillo se elevaban al cielo en el cementerio San Miguel de Rawson. El nuevo angelito es Isaías Andrada, el pequeño que cumplió seis años a fines del año pasado y que murió este lunes después de luchar por más de un año contra un cáncer terminal.
El niño fue durante el 2015 motor de numerosas movidas solidarias en su nombre porque el objetivo de su familia era poder hacer un trasplante de médula en el Hospital Garrahan sin embargo, no se pudo concretar y murió esta semana. Su familia, dentro de todo el dolor, decidió despedirlo con lo que a él más le gustaba, los globos, y con los colores de su equipo favorito, Boca Juniors. Además hubo música tropical que a él le gustaba.
Su familia pidió que cada persona asistiera al lugar donde lo estaban velando, no con flores sino con globos y así fue. Por su parte la Cochería Lanusse & Annecchini, donó cien globos con helio para que al momento del entierro fueran elevados al cielo.
La despedida fue con una larga caravana que transitó por los lugares donde él anduvo durante sus años de vida como la casa de su abuela, la plaza favorita y su escuela.