viernes, 16 de diciembre de 2016
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Su historia está cargada de lucha y solidaridad. Durante años se ocupó de cuidar a su marido que transitaba por una dura enfermedad mientras se desempeñaba como docente en varias escuelas de la provincia. Cuando él falleció y le llegó su jubilación, el destino le marcó un nuevo desafío: enfrentar un delicado problema de salud que la lleva a estar conectada a diálisis tres veces a la semana.
Victoria Gravano no es una mujer que ante este traspié en su salud eligiera quedarse lamentando su pasar. Sino que prefirió buscar la forma de ayudar a aquellos que pasaran por la misma situación. Ahora está en lista de espera como receptor de órgano para recibir un riñón pero hasta que llegue ese día ella trabaja arduamente para que los que transitan su mismo estado puedan recibir una sonrisa.
"Mi situación, gracias a la diálisis, se puede llevar. Eso nos limita mucho porque hay días que no existo, recién vengo a vivir en la noche. La diálisis hace la función del riñón, nos limpia la sangre porque se nos llena de toxinas. Al no cumplir la función el riñon necesito de esto y por eso lo hago día por medio. Estoy cuatro horas conectadas y termino agotada. Es como si hubiera estado corriendo las 4 horas. Perdemos mucha energía, terminamos cansadas, agotados, nos descompensamos, se sube la presión, se baja muchísimo", detalló Victoria todo lo que deben transitar por este malestar.
La docente jubilada contó que cuando recibió la noticia "no lo podía creer". "Cuando hablamos de donación de órganos todos creemos que vamos a donar a los demás pero nunca que nosotros lo necesitamos. En realidad es más factible que se necesite a que se done", agregó.
Cada vez que hace diálisis, Victoria comparte este estado con varios pacientes más. Es que en su turno hay 16 sillones y ella ingresa en el primer turno, de los cuatro del día, para hacer la limpieza. "He visto muchos compañeros irse, es muy triste, también he visto compañeros que no van más porque recibieron de un ángel donante el riñón que necesitaban. Esos son los menos, lamentablemente son más los que se van", dijo con la voz entrecortada sin poder aguantar las ganas de llorar.
Y precisamente en la sala de diálisis y con este contexto es que nació las ganas de ayudar al otro. Cuando le dieron el diagnóstico, empezó a buscar en internet para poder averiguar más de la enfermedad y en la red social encontró grupos que ayudan a "llevar" la problemática. Uno de esos grupos es "Continuar Vida", de Buenos Aires, de la cual forma parte desde hace cuatro años y prácticamente la fundó en San Juan.
"Asistimos a los niños con diagnóstico complicado y trasplante no solo de órgano sino médula y tejido. Lo ayudamos todos los fines de semana con alimentos no perecederos y para estas fiestas le regalamos juguetes y una canasta navideña. Ahora lo que necesitamos son los elementos para la canasta navideña. El sanjuanino es solidario", confesó la mujer quien lanzó una campaña solidaria para conseguir lo suficiente para ayudar no solo para Navidad sino también para Reyes.
Para formar la canasta navideña para el prójimo, Victoria necesita pan dulce, turrón, garrapiñada y sidra. Todo esto es dejado a la familia que está con el enfermo que son los que siguen las indicaciones médicas.
"Siempre Dios nos ha ayudado, estamos en contacto con él. El que no pueda donar para la canasta y pueda donar un juguete, lo mismo lo aceptamos porque luego viene Reyes y se lo llevamos", finalizó.
Quienes quieran donar deberán llevar las cosas a Peinados Chola, ubicado en calle Aberastain entre General Paz y Córdoba en horario de comercio; Estudio Riquelme, en Santiago del Estero entre Córdoba y General Paz de 17 a 21; Joyería Solis, en Galería Central en horario de comercio; o en la casa de Victoria ubicada en Laprida 942 este.
