Paula Quintero era licenciada en Nutrición y llevaba poco tiempo trabajando en el Hospital Rawson, pero el suficiente como para dejar una huella entre sus colegas. También atendía pacientes en Cimac y en Centro Médico San Carlos.
La joven se destacaba por su profesionalismo y por su excelente trato, es más, todos señalaron que su "don de gente" era difícil de encontrar en un ámbito tan sensible como el hospitalario.
Es por eso que la noticia de su muerte en el accidente de tránsito en el que también fallecieron sus padres y dejó en estado reservado a su hermana, en Vicuña Mackenna en Córdoba cayó como balde de agua helada.
En las redes sociales, y a modo de dejar un último mensaje a la espera de que la tragedia no fuera cierta, colegas y amigos escribieron en su muro. Un adiós todavía difícil de explicar.