jueves, 27 de noviembre de 2014
14:00
jueves, 27 de noviembre de 2014
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Este jueves se cumple un año de aquel trágico 27 de noviembre cuando un niño de 10 años fue atropellado en calle Superiora entre San Miguel y Meglioli, en Rawson. Marcos Morán había salido de la escuela e iba a su casa con unos compañeros en el colectivo de la línea 41. Al bajar en aquel lugar, donde no estaba señalizado como parada, lo atropelló un auto Peugeot 205 y le produjo la muerte de inmediato.
A un año de aquella fecha, su familia realizará una misa en la Catedral a las 18.30 y pedirá no sólo justicia sino que se terminen las imprudencias al volante y que se hagan cumplir las leyes de tránsito en todos sus aspectos.
Andrés Morán, papá del niño, contó que era las 12 del mediodía aproximadamente cuando su hijo bajó por la puerta de adelante del colectivo y fue embestido por un auto que transitaba por ahí. "No hay vuelta atrás en esto. Hubo negligencia de un colectivero que permitió el descenso por delante. Esto la ley dice que es una transgresión grande, un incumplimiento grande de la ley, haber dejado que baje por la puerta de adelante", aseguró el padre que inició medidas judiciales al respecto.
"Tránsito y Transporte certificó la culpabilidad de la gente y reconoce que la empresa La Positiva no paró en la parada que corresponde. Mi hijo fue imprudente al bajar por delante pero era un chico de 10 años, el chofer es un hombre adulto y es el que tenía la autoridad del colectivo", dijo Andrés y luego agregó: "a mi hijo no lo voy a recuperar ni tengo cizaña con esta gente. Solo quiero que se cambie el sistema para que no vuelva a haber otro Marquitos Morán".
Las palabras de Andrés se vuelven cada vez más duras a medida que avanza con su alocución. Aseguró que quiere "darle una cachetada al sistema" porque "las faltas a la ley se deben pagar". "Por qué en estos casos se deben tapar los ojos o hacer vista gorda a la seriedad", se pregunta el hombre.
"La justicia para nosotros ya se dejó de lado. Nada ya va a ser justo. La justicia la hace el hombre y el hombre no es justo. Esto va a pasar a manos de Dios. En vista de que hay un montón de gente con el mismo dolor y pedido de justicia, ya no pedimos justicia. Sencillamente queremos cambiar un poco el sistema y sembrar una garantía más para que esto no vuelva a pasar", finalizó Andrés quien confesó que para él "esto ya pasó a las manos de Dios" que es quien le da "la única fuerza para seguir adelante".
