Ciencia

En Marayes encontraron un cementerio de animales de 200 millones de años

Investigadores del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de San Juan, encontraron un yacimiento con un centenar de microfósiles en la cuenca de Marayes en Caucete.
martes, 21 de octubre de 2014 22:32
martes, 21 de octubre de 2014 22:32

Más de 200 millones de años. Ése es el tiempo que tendrían de antigüedad los fósiles encontrados en Marayes por investigadores del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de San Juan. Según se informó desde la Agencia CTyS, los paleontólogos sanjuaninos fueron los encargados de estudiar los yacimientos más completos y valiosos de las primeras eras de los dinosaurios. A su vez pudieron determinar que hace 200 millones de años, el sitio poseía un clima árido hipersalino.

Se encontró "un nivel exquisito con más de 100 individuos, todos ellos de tamaño menor a cinco centímetros, incluidas pequeñas mandíbulas con sus dientes”, contó la doctora Carina Colombi quien subrayó que algunos de los ejemplares descubiertos presentan marcas de mordeduras, por lo que una de las hipótesis es que estos pequeños animales fueron transportados por sus predadores y ello favoreció a que fueran encontrados en un área de apenas 80 metros cuadrados.

El centenar de microfósiles fue descubierto a 30 kilómetros de la ciudad de Marayes, en la cuenca que lleva su nombre en Caucete. En un área que ronda los 80 metros cuadrados. "Es un nivel anormalmente rico en fósiles de pequeño tamaño, lo que en paleontología se llama microsite o bone-bed de microfósiles”, informó Colombi quien explicó que el hallazgo permitió confirmar que si bien los dinosaurios sauropodomorfos eran las especies más comunes en este lugar, ellos convivían con una fauna muy numerosa y diversa.

"Este nivel se formó hace 230 millones de años atrás, durante el Triásico Superior, y junto con los yacimientos preservados en la cuenca de Ischigualasto, conforma uno de los mejores registros de la paleofauna triásica del mundo”, agregó la especialista, cuya profesión se caracteriza por reconstruir los paleoambientes del punto de vista tectosedimentario y paleoclimático.
 
Luego agregó que el hallazgo de microfósiles tan variados es muy útil "para reconstruir cómo se interrelacionaban los diferentes animales, las plantas y el ambiente en el que se desarrollaron”. 

Causas que ocasionaron el cementerio de animales
Colombi comentó que "una posibilidad es que animales de mayor porte, que desconocemos a qué especie pertenecerían, pero que posiblemente tenían un tamaño semejante al de una hiena, cazaran a estas pequeñas especies y las llevaran a un sitio común para alimentarse”.

La investigadora explicó que, en ocasiones, se puede encontrar cementerios de animales que por sus propios hábitos se acumulan en un determinado lugar, para empollar u otro motivo, o que acostumbran desplazarse en grandes grupos. Y, al acontecer un evento excepcional, tal como una erupción volcánica, fallecen y quedan enterrados todos juntos. Por otra parte, también es posible que una fauna fallezca en partes distintas y sea acumulada por un río por ejemplo.

Para explicar el bone-bed de microfósiles de Marayes, los investigadores se inclinan a pensar que se combinaron diversos factores. La doctora Colombi explicó que "los restos fueron acumulados por predadores, lo que provocó una selección de presas pequeñas que presentan marcas de mordidas”. 

"Luego, seguramente, un agente como el agua barrosa desbordada de un río se encargó de transportar estos restos un corto trayecto y quedaron acumulados en un cuerpo de agua temporario en la llanura, donde se alteró la superficie de los fósiles por el crecimiento de algas y otros microorganismos, y comenzaron a mineralizarse a medida que quedaban enterrados por el barro salino”.

Paleoplantas, dinosaurios y dióxido de carbono
La conservación de los fósiles en varios yacimientos de San Juan es sorprendente, pero por sobre todas las cuencas se destaca Ischigualasto, porque no solamente preservó a los ejemplares más completos de primeros dinosaurios a nivel mundial, sino que también contiene de manera inmejorable a las plantas que vivieron durante el Triásico.

Colombi comentó que "por lo general, en paleontología, si tenés la suerte de encontrar restros de una planta, lo que queda de ellas es el moldecito, como si apoyaras la hojita en una plastilina, y un poco de carbón que indica que allí hubo materia orgánica, pero en Ischigualasto tenemos la fortuna de que no solo está el moldecito, sino también la cutícula, lo cual es muy bueno, porque es como una momificación, y vos podés levantar la hojita y mirarla y eso nos permite hacer estudios geoquímicos de isótopos estables y determinar la cantidad de dióxido de carbono que hubo en la atmósfera en esa época”.

Así, la investigadora Colombi buscará reconstruir, entre otros factores, los niveles de dióxido de carbono que hubo en la paleoatmósfera y entender cómo sus variaciones a lo largo del Triásico estuvieron acompañadas por el aumento o disminución de las diversas especies.

"Estoy avanzando en dicho trabajo, que será muy importante, porque permitirá saber qué poblaciones de animales, sean dinosaurios, reptiles, protococodrilos, u otros, se vieron favorecidas o desfavorecidas por los cambios de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera”, aseveró la especialista.


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