Entrevista

Inzaurraga: “tenemos que ir hacia un esquema de amistad social"

Emilio Inzaurraga, presidente de Comisión de Justicia y Paz la Conferencia Episcopal Argentina, destacó el rol de los movimientos sociales y la importancia del diálogo para asistir las situaciones de pobreza de Argentina.
martes, 22 de agosto de 2017 00:00
martes, 22 de agosto de 2017 00:00

“Nosotros tenemos que ir hacia un esquema de amistad social  donde el bien común sea una realidad para todos”. Así con estas palabras Emilio Inzaurraga, presidente de Comisión de Justicia y Paz  la Conferencia Episcopal Argentina, manifestó el propósito que tiene el organismo de la Iglesia en la Mesa del Diálogo que conforman las autoridades nacionales y los dirigentes de los movimientos sociales en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Inzaurraga estuvo en San Juan. Compartió una disertación en la Diplomatura en Comunicación y Liderazgo que dicta la Universidad Católica de Cuyo.

 La importancia del diálogo entre los movimientos sociales y las autoridades, la influencia del año electoral y las barreras que  debe enfrentar el proceso fueron algunos de temas que Diario La Provincia abordó con Emilio Inzaurraga.

¿Cuál es propósito de la participación en la Mesa del Diálogo Social en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación?
El diálogo social es la búsqueda de espacios comunes para detectar necesidades comunes. Debemos detectar aquellos puntos donde los integrantes de una sociedad podemos unirnos para ayudar a resolverlos. Nosotros participamos en la Mesa del Diálogo Social que ha puesto en marcha el Ministerio de Desarrollo de la Nación junto con las diversas organizaciones sociales. Uno de los avances fue crear un clima de diálogo que permitió avanzar en la Ley de Emergencia Social. Esta forma de trabajar ayudó mucho para llegar a este punto. Hubo comprensión de la problemática y aportes de los movimientos sociales lo que facilitó un acuerdo. Posteriormente las conclusiones fueron trasladadas a los legisladores nacionales que se transformó en una ley.

¿Es decir que se pudo avanzar en el diálogo con las organizaciones sociales más allá de las protestas que se realizan?
Si. Pero las organizaciones sociales también tienen otros reclamos y no dejan de manifestarlos. Es verdad que también se trata de ir avanzando para que los subsidios sean una herramienta productiva. Y que las personas encuentren un espacio de más desarrollo para poner al servicio de la sociedad sus capacidades. Creo son pasitos que los dirigentes sociales valoran.

¿Cuál es el obstáculo más importante a vencer  para exista mayor diálogo?
Tenemos que bajar los prejuicios. Cada uno debe entender que el otro es muy importante. Que cada uno entienda que los números cierren en la Argentina con todos adentro. Y sobre todos aquellos que tenemos la posibilidad de tener un trabajo y un plato de comida tenemos que trabajar con generosidad  para que todas las personas logren satisfacer las necesidades básicas. Tener en la Argentina más del 30% de pobreza es una situación extraordinaria. Esa situación extraordinaria merece de cada uno de nosotros medidas extraordinarias. Cada uno de nosotros puede ser protagonista de la modificación de la realidad para mejorarla. La tarea es de todos pero también el Estado  tiene una responsabilidad mayor.

¿Cómo sociedad estamos más dispuestos para aceptar este desafío?
Si. Soy optimista y vamos hacia una sociedad más madura. Tenemos que entender que la violencia genera más violencia. Nosotros tenemos que ir hacia un esquema de amistad social  donde el bien común sea una realidad para todos. El bien común significa que todos debemos pensar en la Argentina. Esto no lleva un trabajo porque todos desean resolver los problemas que tiene cada comunidad. Porque si en cada comunidad hay personas que no pudieron almorzar es un problema. Debemos asistir esta coyuntura pero debemos dar pasos hacia una cultura del encuentro que nos propone el Papa Francisco.

¿Cuáles son las fortalezas de este proceso?
El trabajo que hacen los movimientos sociales es muy importante. Entiendo que muchas personas tengan la imagen del piquete o de algunos grupos violentos. Yo no comparto que los movimientos sociales sean un mal para la sociedad. Todo lo contrario, se están ocupando de los pobres. Hay muchos dirigentes que están trabajando para inventar trabajo como las cooperativas o las fabricas recuperadas. Los movimientos sociales son un parte importante de la sociedad y que podemos ayudarnos unos a otros. El tema es  buscar objetivos comunes.

¿El año electoral dificulta este proceso de diálogo?
Si. El año electoral invita a cada uno a tomar posición. Cuando uno se planta en una posición se arma su defensa y su crítica. Sin embargo tengo que decir que hemos visto una buena predisposición entre dirigentes sociales y autoridades nacionales.

¿Cuál es el camino trazado para el futuro?
Seguir creando puentes entre todas las realidades, incluyendo al ámbito privado y del Estado. Y abrir la participación de los ciudadanos para que cada uno asuma un rol para mejor la situación de la Argentina.

 

 

 

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