El fin y los medios

Todos los caminos que el gobierno nacional ha intentado transitar con el objetivo último de equilibrar sus cuentas, finalmente no han dado resultado a pesar de que no han sido pocos los intentos.
domingo, 14 de septiembre de 2014 08:04
domingo, 14 de septiembre de 2014 08:04

Por Raúl Moreno. Contador Público. MBA

Dentro de la obra de Nicolás Maquiavelo se destaca su libro "El Príncipe” de 1531. A esta obra, aunque no lo diga expresamente, se le atribuye la famosa frase "El fin justifica los medios”, en virtud de la cual, si el fin es bueno, inmediatamente todos los medios que se emplearon para llegar a ese fin son igualmente buenos.

El matemático sueco Andrejs Dunkels afirmaba que "Es fácil mentir con estadísticas, pero es difícil decir la verdad sin ellas”. Nunca en estos tres años y medio que el Congreso comenzó a medir la inflación, sus mediciones coincidieron con las del organismo oficial (INDEC). Tal vez porque si se oculta el problema, el problema no existe.

Lo cierto es que el gobierno ha intentado todos los medios para tapar la inflación, pero nunca se ha comprometido a resolverla. Jamás ha llegado al fin pero no ha especulado en aplicar los medios más conflictivos.

Todos los caminos que el gobierno nacional ha intentado transitar con el objetivo último de equilibrar sus cuentas, finalmente no han dado resultado a pesar de que no han sido pocos los intentos. En la convicción de que si el Estado interviene en la economía aumentando el gasto público y subsidiando todo aquello que pueda subsidiar, ha agudizado el déficit fiscal debiendo financiarse con una creciente emisión monetaria.

El estímulo de la demanda interna artificialmente creado mediante los planes PROCREAR, PROGRESAR, PROCREAUTO y el AHORA 12 (y algún otro más que ahora no recuerdo), finalmente han logrado sostener un nivel de demanda de bienes que es menor al esperado y que provoca que la actividad siga cayendo y no se pueda salir de la recesión. Las estadísticas (no oficiales) hablan por sí solas: en San Juan el patentamiento de autos cayó un 35% interanual y el de motos cayó un 44% en el mismo lapso, pero lo más grave, el patentamiento de vehículos pesados o de carga, que son un indicador de la actividad productiva, ha caído un 75%.-
Tampoco ha sido eficaz para obtener el fin, pero no puede salir de la trampa que los medios empleados (la emisión y la inflación) han causado. Hablando de emisión, en lo que va de este año ya creció un 121% en relación al año pasado.


A pesar de que la presidenta se esmere en cadena nacional en mostrar la inquietud de un "grupo minúsculo” de argentinos por comprar dólares como una actitud reprochable y condenable, lo cierto es que, todo el que se encuentra habilitado para hacerlo lo está haciendo. A la gente no le es indiferente la frágil situación actual del peso argentino, como tampoco le es irrelevante la drástica pérdida del poder adquisitivo que conlleva.


En su intento por equilibrar la Balanza de Pagos también recurrió a medios poco ortodoxos, así, las célebres DJAI, nos dejaron una sanción de la Organización Mundial del Comercio como pesada herencia. Ni hablar de la ley de "Pago Soberano” que precisamente se promulgó para NO pagar lo que el fallo de la justicia norteamericana ha dispuesto, dejándonos a un paso del desacato. El propio Maquiavelo escribió en "El Príncipe”:

"Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a las necesidades del momento, que aquel que engaña encontrará siempre quien se deje engañar”

Algunos tratan de minimizar la compleja actualidad aduciendo que no nos tiene que importar el valor del dólar porque no tenemos dólares. Los que acuden a este relato olvidan (u omiten) que la industria argentina depende en gran parte de bienes que se producen afuera.


Otros también, siguiendo la idea de alentar las noticias "positivas” que exige la presidenta, le quitan dramatismo al aumento de precios, especialmente el de la nafta, pero también olvidan que en un país tan extenso como la Argentina, un porcentaje sustancial de sus bienes viajan en camiones que se mueven gracias a un motor a explosión que, justamente, explota por la presencia de un líquido combustible.


Como Dios es argentino la naturaleza nos sigue ayudando. La campaña 2014/2015 tendrá una buena cosecha de trigo (12 millones de toneladas) y también se espera una buena campaña de soja, lo que redundará en buenos saldos exportables en términos de cantidades. Sin embargo, esa bonanza no tendrá un efecto positivo pues la tendencia de los precios de los commodities es decreciente, principalmente por dos factores: Una buena campaña en los Estados Unidos y el aumento de la tasa de interés, que marcarán una tendencia decreciente en el precio de los commodities.


Los incentivos que tiene hoy el productor son a guardar el grano para liquidarlo más adelante, lo que al gobierno no le hace mucha gracia y busca lo contrario intimidando a los productores con extensas declaraciones juradas para que no puedan esconder su cosecha. Como conclusión, el agro ya no será el gran motor de la entrada de divisas. Otro fin no alcanzado.

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