Mirarse al espejo

Argentina necesita inversiones para desarrollar sus increíbles potencialidades, tal vez el Estado crea que puede realizar esas inversiones sin la colaboración externa, pero lo cierto es que sin crear las condiciones óptimas para que las inversiones lleguen en la medida que necesitamos.
domingo, 20 de julio de 2014 15:51
domingo, 20 de julio de 2014 15:51

Por: Raùl Moreno. Contador Pùblico MBA

En mi opinión, lo que Argentina necesita hoy es mirarse al espejo, para tomar conciencia tanto de las oportunidades que se nos presentan como país, como así también, de las debilidades que tenemos nosotros mismos para aprovecharlas.

 

En muchas empresas, hoy en día y desde hace ya mucho tiempo, se usa el análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), para lograr comprender qué cosas son posibles en el mercado que se va a desenvolver y cuáles son los aspectos internos sobre los que tiene que trabajar para ser eficaz y eficiente.

 

Uno de mis artistas favoritos, Michael Jackson, cantaba "Voy a comenzar por el hombre que veo en el espejo para lograr luego cambiar el mundo”, pero ese ejercicio requiere un gran esfuerzo de humildad y sinceridad.

Si hay algo para destacar de este gobierno, no es precisamente la humildad y la sinceridad, sino la capacidad para sorprendernos, así cuando nadie espera algo, eso sucede.

 

Por eso no nos extrañaba las populosas misiones comerciales que se realizaban no hace mucho apostando a países periféricos como Angola, donde la inseguridad jurídica es tal que algunas compañías navieras incluyen en el costo del flete la totalidad del valor del contenedor ante la incertidumbre de poder recuperarlo.

Por eso tal vez no nos extrañe que, mientras el mundo está atento a la lucha que estámos librando contra el sistema financiero occidental, puntualmente esta vez contra los fondos buitres, la Argentina reciba en su casa al líder ruso y al líder chino que nos prometan prestarnos más dinero, pero, al contrario de lo que muchos se imaginarían para un deudor que no puede pagar sus deudas, ese dinero no tiene el fin de pagar lo que se debe ni de solucionar los problemas estructurales que nos llevaron a tener déficit y por lo tanto a tener deuda y no poder pagarla. Es como que no nos interesaran las causas ni las consecuencias sino, apenas, disfrutar el momento.

 En menos de una semana, dos de los mayores representantes del grupo de los BRICS estuvieron en Argentina para firmar diversos acuerdos y prometer al país lo que hoy más necesita para volver a crecer: Inversiones.

Pero, por ahora, la noticia es que nos vamos a seguir endeudando, porque las inversiones prometidas todavía no llegan, apenas lo que llegan son créditos.

 

Las exportaciones argentinas a China y a la mayoría de los países en general se han amesetado, no tanto por una caída de la demanda china sino más bien por problemas internos de nuestro país que han llevado a limitar la oferta.

 

Veo que nuestro gobierno provincial se ilusiona con las increíbles oportunidades que nos traería la ruta 150, tanto para la explotación de la zona de "Caballo Anca” como para el comercio internacional a través del Túnel de Agua Negra.

 Tales especulaciones serían válidas si lo que faltara hoy en San Juan fueran tierras para sembrar o vías para exportar la producción.

Pero la realidad es otra, los productores sanjuaninos no pueden cosechar los cultivos que ya están en pié, por los magros márgenes de utilidades que generan y evalúan la posibilidad de abandonar sus plantaciones porque no pueden pagar los, cada día mayores, impuestos al patrimonio que generan ni los altos cargos que deben soportar para comprar insumos para mantenerlos en actividad.

 

Que la presión fiscal y la inflación ahoguen a la producción no es un tema menor y su resolución debería ser tan o más prioritaria que la construcción de una ruta o un túnel.

 

Casualmente esta limitación de oferta se debe a las políticas populistas que cada vez necesitan de una mayor presión tributaria para cubrir el incremento incesante del gasto público.

 Argentina necesita inversiones para desarrollar sus increíbles potencialidades, tal vez el Estado crea que puede realizar esas inversiones sin la colaboración externa, pero lo cierto es que sin crear las condiciones óptimas para que las inversiones lleguen en la medida que necesitamos, seguiremos siendo un país pleno de "iniciativas” pero carente de "terminativas”.

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