domingo, 16 de noviembre de 2014
04:21
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Por: Ivan Grgic
Hace unos días tuvimos el placer de organizar y participar del "Emprezar 2014”, espacio de promoción del emprendedorismo en la provincia, organizado por el Departamento Joven de la Unión Industrial de San Juan y auspiciado por la Secretaría de Industria y Comercio de la Provincia. Al decir de participantes de Buenos Aires y de Córdoba, "lo más grande que hemos visto en cantidad y calidad”.
Algunos prestaron atención a la presencia de la cantante Patricia Sosa en la conferencia de cierre, otros a lleno del Centro de Convenciones, otros a la aceitada organización y otros a la calidad de los panelistas. Es cierto que todo eso se vivió esa tarde del martes 11, pero el Emprezar fue más allá.
La calidez de la atención de cientos de jóvenes se mantuvo a lo largo de las 7 horas de duración generando una sinergia entre todos, uniendo avidez de escucha con comunicación de experiencias que emergía desde las bancas al punto que se pudo entender aquello de que en las mejores situaciones educativas convergen a una maestros y discípulos.
El S.XXI ha marcado para los sanjuaninos otra etapa de la historia, sembrada nuevamente con la capacidad de cambio y novedad, con autoestima social y ausencia de miedo ante los proyectos, con buena temeridad para encarar audazmente las dificultades. Hay jóvenes con discapacidad que lanzan sus empresas de producción, jóvenes humildes que no se frenan en las fronteras civiles de San Juan, jóvenes impetuosos que se animan al mundo: en fin, jóvenes cuya esencia es emprender.
Desde ese enfoque, San Juan es un territorio de territorios. Contiene muchos espacios de desarrollo local en zonas, rubros y sectores. Y, a la vez, es parte del mundo en todas sus comunidades, emprendimientos y desafíos. La industria, el software, la minería, la ingeniería, las ciencias aplicadas, la agricultura, la ganadería, entre tantas bandas del abanico llaman a la creatividad de mujeres y hombres a la intervención.
Si jóvenes sanjuaninos que apenas superan los 20 años pueden edificar una empresa de entretenimiento y cultura, o pueden asistir a eventos similares en Tokio o Dubai, o pueden llegar a los primeros puestos en concursos nacionales de informática, o pueden pensar en reciclar residuos, o en mejorar el aceite o el vino, o en producir aceto balsámico (aunque la juventud marque más de 80 años en el DNI), es porque el territorio es el mundo y todo lo que se pueda hacer en él.
Todos fuimos emprendedores. Todos somos emprendedores. Y, cuando el paso de los años motiva a una persona a innovar, es el emprendedorismo que resurge para comenzar de nuevo a tironear la empresa. La vejez ya no se define por la edad, sino por la capacidad de recomenzar. La juventud tampoco se define tanto por la época de la vida, sino por el entusiasmo para cultivar los sueños.
Si, hay emprendedores en San Juan. ¡Miles! Y a la búsqueda que Estado y empresas, cada vez más, salgan a su encuentro. La mesa está servida.
