Opinión

Todos somos Pachano

domingo, 26 de octubre de 2014 02:22
domingo, 26 de octubre de 2014 02:22
Por: Ivan Grgic
 
Hace un par de semanas Alex Freyre, presidente  del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual, publicó varios twits anunciándole a Aníbal Pachano que moriría en las peores condiciones en 2016, en respuesta al apoyo que el bailarín y coreógrafo había dado a Sergio Massa. El tiempo transcurrido hasta hoy ha fluctuado entre la indignación de muchos y el silencio oficial ante las declaraciones del funcionario que luego quiso disculparse, silencio que incluye a los que defienden las discriminaciones de los argentinos.

¿Es posible que las disputas políticas puedan llegar hasta la profecía de la muerte de alguien? ¿Sería tan tajante el cambio de escenario nacional, aun en temas serios como las políticas de gobierno en HIV, si el pueblo votara un cambio de partido en las próximas elecciones? Esos twits de Freyre, ¿son los únicos de este tipo o son los más extremistas de los que abundan en los pre- candidatos y sus seguidores en todo el espectro político nacional? Basta seguir las declaraciones, conferencia y publicaciones de la semana en el contexto del Coloquio de IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina) en Mar del Plata, para confirmar que los discursos apocalípticos son un género "in crescendo” sin importar la fuente.

"Apocalipsis” es un término de origen griego, que significa revelación. En el Nuevo Testamento y en otros escritos sagrados aparecen esos textos con profecías futuras de cambio, anuncios de males cósmicos y catástrofes implacables para toda la humanidad. Si bien en el caso de libro de la Biblia abunda la simbología en los cantos y los relatos motivacionales para dar esperanza a los cristianos perseguidos, la aplicación posterior ha exaltado los elementos de relatos con presagios negros o brillantes dependiendo del desenlace de los acontecimientos.

Casi todos los problemas que tenemos en los diversos territorios del país tienen un largo desarrollo y difícilmente tengan una solución pronta. Tanto los que tienen un enfoque económico o social, laboral o industrial, como los de orden habitacional, educacional, de salud o desarrollo, todos exigen continuidad en lo virtuoso y ánimo para cambiar lo que debe ser cambiado. 

Es necesario que las propuestas de pre candidatos y sus frentes electorales se afanen por la seriedad en los proyectos y la solidez en las críticas. Es necesario que se esfuercen por la humildad que reconoce errores propios y de otros, aciertos propios y de otros, historias de esfuerzos de argentinos y argentinas que no empezaron en ningún gobierno, sino en la gente, el soberano que le entrega el poder a sus dignatarios para que sean sus servidores.

Aníbal Pachano, con indisimulable franqueza en sus lágrimas y expresiones depresivas, mostró el gran temor de morir sintiéndose maldecido por las palabras y el abandono. Y solo por inescrupulosidad de politiquería barata. Ningún discurso tiene el derecho de llevar al votante a ese nivel de angustia. Ningún relato tiene la potestad de enceguecer a la gente. Porque, de última, cada vez que se eleva una voz de política con tono apocalíptico, sea en funcionarios, opositores, empresarios, gremialistas o periodistas, todos somos Pachano.

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