Opinión

Llegando a fin de año

domingo, 19 de octubre de 2014 11:13
domingo, 19 de octubre de 2014 11:13
Por Raúl Moreno. Contador Público. MBA

Aunque nos parezca increíble ya faltan apenas 60 días para finalizar el año y en todo el mundo occidental, las fiestas de fin de año representan un aumento de consumo. A medida que se aproximan esta época surge siempre la inquietud de la gente por ver si va a poder hacer los gastos que se estilan como la celebración familiar, los regalos y hasta vacaciones. Otros, además, se han autoimpuesto objetivos que deben concretarse antes de fin de año como cambiar el auto, alquilar, contraer matrimonio, etc.

Pero lo significativo que nos va a plantear este fin de año es la pérdida del poder adquisitivo del salario real, aquel salario que se mide no por su valor nominal sino por la cantidad de bienes que se pueden adquirir con él.
Para el Indec la inflación de septiembre fue de un 1,4%, mientras que para la mayoría de las consultoras privadas, que, ahora que dejó su cargo Guillermo Moreno se animan a publicar sus estimaciones, el índice promedia una suba del 2,4%. Esta diferencia es sustancial al analizar el salario real, porque, según el organismo oficial, la inflación anual podría estar cerca del 25% (porcentaje que coincidiría con la mayoría de las paritarias celebradas), pero según las consultoras privadas, la inflación anual podría ser un poco menos del doble y situarse cerca del 40%.

Si consideramos que las consultoras privadas tienen razón, entonces deberíamos reconocer una pérdida del salario real de todos los trabajadores argentinos. Otro tema son las vacaciones, si se cumplen las predicciones del presidente de la Federación de Entidades de Combustibles de la provincia de Buenos Aires, el litro de nafta podría superar los 20 pesos para Enero de 2015. Recordemos que en los primeros días de Enero de 2014 el litro de nafta no superaba los 10 pesos, con lo cual los que pretendan vacacionar verán que el gasto de combustible para sus vacaciones se ha duplicado con relación al año pasado.

Para compensar este desfasaje, algunas provincias y sectores sindicales están anunciando (San Luis por ejemplo) o analizando el otorgamiento de un plus salarial. El tema ya se instaló en la agenda laboral y promete mucha polémica entre todos los sectores intervinientes hasta fin de año.

Por un lado los trabajadores y los jubilados que comienzan a hacer sus números y a reclamar por la pérdida del poder adquisitivo de sus remuneraciones o haberes; los sindicatos que, al ser los responsables de velar por los beneficios laborales de sus representados, deberán responder a las demandas; las empresas que, en plena recesión y pérdida de rentabilidad, no podrán en su mayoría responder los reclamos válidos; el gobierno que, aunque en otros años se mostró dispuesto a otorgar plus salariales o de excluir al aguinaldo del cálculo de la retención del impuesto a las ganancias, este año deberá hacer un esfuerzo extraordinario pues las condiciones fiscales por las que atraviesan los gobiernos, tanto nacional como provinciales, cuyas arcas fiscales se encuentran en rojo, no permitirían agregar un gasto considerable en sus contabilidades.

Por todo lo enunciado, la imposibilidad presupuestaria que tendrá la mayoría de los trabajadores del país para realizar, al menos, los mismos consumos que realizó el año pasado, generarán seguramente una fuerte frustración que repercutirá en el clima social. Para evitar que todo esto ocurra, es necesario que comiencen cuanto antes las conversaciones y negociaciones para descomprimir la angustia que tal situación generará.

Comentarios