Espectáculos

Nicolás Cabré luego de la polémica: "Soy lo que soy, no tengo doble discurso"

“Se tienen que dar un par de cosas. La prioridad hoy es otra. Hay cosas a las que me cuesta decir que no porque es gente con la que tengo ganas de trabajar, pero hoy por hoy, pienso en pasar lo más que puedo con mi hija”, aseguró el galán conocido por sus pocas pulgas.
jueves, 8 de octubre de 2015 02:08
jueves, 8 de octubre de 2015 02:08
Es raro verlo en un estudio que no es el de Pol-ka. Pero acá está, en un pequeño set del inmenso Canal 7, engominado y afeitado al ras como lo pide su personaje de época. Nicolás Cabré (35) hablará de este desafío de escaparle al galán jocoso de tira para hacer un personaje dramático en Variaciones Walsh, la miniserie que hoy estrena la TV Pública. Como se esperaba, Cabré hablará mucho de trabajo, y poco de su vida privada.

Sería caprichoso describir su perfil antipático/cabrón como una postura. Más bien confirma una decisión personal que a esta altura es casi una doctrina. "Hay cosas que me guardo para mí”, es su lema, consecuente con el archivo. Aunque al final de la charla, el tímido Cabré parecerá soltarse un poco y contar cómo lo cambió ser padre de Rufina (la hija que tuvo con la China Suárez), o explicar su mala relación con los medios.

Pero primero, a lo que convoca. En Variaciones Walsh, Cabré encarna a Daniel Hernández, una suerte de alter ego literario del escritor y periodista en sus cuentos policiales. "Es corrector en una imprenta. Y tiene como proyecto editar un libro sobre casos policiales. Entonces conoce al comisario Laurenzi (Darío Grandinetti, con quien ya había trabajado en la obra El Cartero, en el 2000) y empiezan a llevarlo a que vea e investigue los casos, y él tiene un poder de observación y una mirada un poco profunda, y a veces ayuda a resolverlos”, explica el actor.

¿Qué te gustó del proyecto?
Todo. No tuve muchas excusas para decir que no. Sabía perfectamente quién era Alejandro y que haya pensado en mi es un halago. Volver a trabajar con Darío (Grandinetti), con Pipo (Luis Luque), con Patricio Contreras, Jorge Marrale, Soledad Villamil, es un placer. Me llamaba la atención estar en la TV Pública. Vengo a divertirme, a aprender, a conocer maneras diferentes de trabajar y a nutrirme de todo. Son cosas que no siempre se dan y hay que aprovecharlas. 

¿Hay una presión extra al tratarse de Walsh?
No me guío tanto por eso. Es una manera de hacer televisión que no pasa tanto por el rating, entonces no hay una presión. Obviamente, uno quiere que le vaya súper bien pero no pasa por ahí. Es un grupo de personas que espera lo mejor de vos para hacer un gran programa, para hacer un mínimo homenaje a Rodolfo Walsh. 

Se trabaja cada escena al detalle. ¿Es una propuesta más cercana al cine que a la televisión?
Hay mucho detalle. La metodología es de cine. Hay mucho trabajo puesto en cada cuento, desde la dirección hasta el arte. Pensá que mientras se trabaja en un set ya se está preparando otro para el siguiente cuento. Y creo que una de las características de Alejandro (Maci, el director) es la claridad y la capacidad intelectual que tiene para lo que quiere, y la dulzura y la paz con la que se trabaja. 

Estás más acostumbrado al ritmo de la tira. ¿Cómo fue la adaptación a la miniserie? 
En un tira tenés que grabar treinta escenas por día. Los tiempos acá son otros. Por eso siempre hablo bien de las tiras, no reniego de eso. Acá valorás lo que se hace en una tira, que tiene un ritmo agotador y no tenés que aflojar. Son diferentes formas de trabajar. En una tira tenés que ser más resolutivo. Acá podés darte el lujo de parar la pelota y escuchar más. Digamos, la tira es un gran entrenamiento para después hacer esto.

¿Cuánto conocías de la obra de Walsh? ¿Te motivó a leerlo más?
Conocía muy poco de su obra. Había leído La granada (teatro) una vez que me propusieron hacerlo. Sí sabía de su vida, quién fue, la Carta Abierta a la Junta, la carta que escribe después de la muerte de su hija. A partir de esto sí tuve que leerme todos los cuentos. Es lo lindo de esta profesión, las puertas y los mundos paralelos que te abre; de repente conocés algo que hace dos meses no conocías.

Tu personaje es como un alter ego de Rodolfo Walsh. Además de los cuentos, ¿leíste sobre su vida?
Se puede entender como un alter ego pero no podemos asentar que sea así. No intentamos que sea él. Daniel Hernández es Daniel Hernández y se maneja como nosotros entendemos que es su personalidad: leyendo los cuentos, viendo cómo se va moviendo por los casos. No está basado en lo que fue Walsh.

Contame de tu nueva vida como padre.
Feliz. Tengo mis días libres para ella (su hija de dos años). Mis prioridades cambiaron, decididamente, ella es mi vida entera. Las cosas privadas me las guardo pero te puedo decir conozco la felicidad día a día.

La China Suárez siempre habla maravillas de vos como padre. ¿Hay una buena relación entre ustedes?
(Larga pausa) Yo... de verdad, hay cosas que me guardo para mí. Si me preguntás cómo estoy: feliz de la hija preciosa que tenemos con la China. Feliz de la madre que tiene, feliz de todo lo que respecta a mi aprendizaje como padre. Y a pararme frente a la vida. Aprendo y descubro todos los días lo que es la felicidad gracias a mi hija.

Alguna vez contaste que te criaste en una familia con valores y que a la vez te ponía cierto límites. ¿Influyó ese contexto a convertirte en el padre que sos hoy?
Seguramente. Yo tengo súper claro que fui un privilegiado en tener los padres que tengo. Ojalá pueda parecerme a lo que fueron ellos conmigo. Me crié con sus valores, sus errores, sus virtudes, sus defectos. Hoy trato de ser lo mejor que puedo y darle todo lo bueno que tengo. Lo demás es externo y así como entra, sale. 

¿Te referís a todo lo que se dice de vos en la prensa? Siempre tuviste un relación tirante con los medios.
Sí, qué sé yo. Yo soy esto, soy lo que soy, no tengo un doble discurso. Hay gente a la que le caeré bien y gente a la que le caeré mal. Soy uno más: me equivoco, me voy a seguir equivocando, me expreso mal y se entenderán mal las cosas. Yo trato de ser lo más sincero posible, siempre lo fui: hay cosas que me gustan y cosas que no.

¿No te dan ganas de salir a aclarar ciertos rumores?
Es que de verdad, llega un punto en donde los autorizo a que digan lo que quieran. La gente que me conoce sabe perfectamente quién soy. Y gracias a Dios, no tengo que dar explicaciones. Con lo celoso que puedo llegar a ser con mi intimidad, están bastante alejados de la realidad. Y me da una tranquilidad... Soy esto, no pretendo ni que digan que soy el demonio porque no me gusta hablar de mi vida privada, ni que digan que soy el mejor por eso.

Variaciones Walsh, todos los jueves a las 22.30 por la TV Pública
Inspirada en los cuentos policiales que el escritor y periodista (desaparecido por la Dictadura Militar hace 38 años) escribió entre 1945 y 1955, un tiempo antes del Walsh novelista de no ficción, Variaciones Walsh entregará 13 capítulos de media hora sin cortes. Son relatos clásicos del género -algunos inéditos-, que estaban desperdigados en revistas de circulación masiva (Vea y Lea y Leoplán) o en antologías de la época, y que el escritor Ricardo Piglia recopiló y prologó en 2013 en aquella reedición de sus Cuentos completos (Ediciones de la Flor).

El director y guionista Alejandro Maci (Tumberos, Los exitosos Pells, Contra las cuerdas, En terapia) seleccionó doce de esos cuentos (entre ellos, La aventura de las pruebas de imprenta, La sombra de un pájaro, La trampa, Variaciones en rojo y Cosa juzgada) y adaptó los libros -junto a Esther Feldman- para esta versión televisiva que además de haber sido filmada con cámaras 4K, es la primera del país en ser grabada con sonido 5.1.

Luis Luque como el Comisario Jiménez y Darío Grandinetti como el Comisario Laurenzi, se turnan para acompañar a Daniel Hernández (Cabré) en cada investigación policial. Soledad Villamil y Gonzalo Heredia protagonizan La aventura de las pruebas de imprenta (uno de los tres relatos que componen Variaciones en rojo, libro publicado en 1953), el primer capítulo que gira en torno a la muerte del inspector y escritor Raimundo Morel, amigo de Hernández. El último, en cambio, es sobre la verdadera muerte de Walsh.

Jorge Marrale, Sofía Gala Castiglione y Mauricio Dayub, entre otros, completan el repertorio de grandes nombres que aparecerá en la pantalla de Canal 7.

Un 2016 con teatro y ¿sin tira?
"Hay algo para hacer teatro el año que viene”, dice Cabré, algo enigmático. Aunque después confirma: "Seguro, el año que viene hago teatro. Tengo ganas. Porque eso me permitiría tener tiempo para mí”. No sería el estreno en las tablas para el actor oriundo del Barrio Naón. Además de las adaptaciones teatrales de Son amores y Los únicos, Cabré compartió escenario con dos grandes actores como Ricardo Darín (en la obra Algo en común) y Alfredo Alcón, que lo eligió para coprotagonizar El gran regreso.

Entonces, ¿se viene otro año sin tira para el actor fetiche de Pol-ka? Tampoco eso tiene claro: "Se tienen que dar un par de cosas. La prioridad hoy es otra. Hay cosas a las que me cuesta decir que no porque es gente con la que tengo ganas de trabajar, pero hoy por hoy, pienso en pasar lo más que puedo con mi hija”, explica.

 Fuente: Clarín.

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