Responsabilidad social

Inversores aportaron 25 millones de dólares a obras benéficas

Se trata de alrededor de 50 empresas y fundaciones argentinas que decidieron colaborar con distintos programas para mejorar la salud, seguridad, educación y medio ambiente, entre otras cosas.
sábado, 24 de septiembre de 2016 17:49
sábado, 24 de septiembre de 2016 17:49
La inversión social privada alcanzó en el último año los u$s 25 millones en Argentina, en su mayoría destinada a financiar programas para mejorar la educación, la infraestructura, la seguridad, la salud y el medio ambiente, de los cuales participaron al menos 50 empresas, de acuerdo a consultas realizadas por Télam entre diversas fuentes del sector.

"Lo que hacemos es trabajar mucho a partir de nuestros empleados en los centros operativos. Coordinamos desde Buenos Aires el trabajo en las comunidades de las provincias, donde tenemos los centros, que son más bien chicas, y el radio de influencia de las acciones es donde está la gente", explicó a esta agencia Julián Ferrer, director de la Fundación Cargill.

Esta fundación en el último año estuvo presente en 104 localidades, repartidas en 9 provincias, donde volcó recursos por más de u$s 400.000.

Por su parte, la gerente de Sustentabilidad y Ciudadanía Corporativa de la Región Sur de América Latina de Dow, Marcela Guerra, explicó a Télam que a la hora de armar sus programas de inversión social, convocan "a empleados representativos de los diferentes negocios y sitios productivos donde la compañía está en la Argentina".

"Los programas de inversión social estratégica se organiza en tres áreas: economía, educación y entorno", precisó la ejecutiva de Dow, que en su último reporte dio cuenta de un desembolso de u$s 600.000.

En la misma línea, el Banco Santander Río destinó u$s 2 millones a iniciativas que contribuyen al progreso de las comunidades y trabajó con universidades, centros de investigación y organizaciones de la sociedad civil, motorizando proyectos orientados al desarrollo económico, social y cultural del país.

El último registro oficial sobre inversión social empresaria existente hasta el momento lo hizo en 2010 el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), entidad conformada en 2001, y que cuenta con 36 miembros, entre ellos, Arcor, Irsa, Telefónica, Petrobras, Siemens, Telecom, ICBC, Farmacity, Galicia, entre otros.

Desde el GDFE precisaron a esta agencia que se encuentran en plena elaboración de un nuevo informe que esperan publicar a fin de año.

No obstante, y en base a cálculos propios, tomados de los informes presentados en los últimos dos meses por la mayoría de las empresas que publican reportes de sustentabilidad, fue posible determinar que la inversión social privada en Argentina alcanza los u$s 25 millones.

Este dato fue confirmado por algunas fuentes empresariales vinculadas a las áreas de Responsabilidad Social de sus compañías, consultadas por Télam.

Desde los más diversos sectores como agropecuario, financiero, productor de alimentos, energético, químico, textil, tecnológico, realizan centenares de acciones a lo largo y a lo ancho del país, previa evaluación de cuáles son las necesidades en cada una de las comunidades donde actúan.

Muchas veces actúan con organizaciones no gubernamentales como guía para realizar las acciones, y en otras, lo hacen en forma directa asistiendo a instituciones educativas, sociales y deportivas.

"El compromiso asumido con la gestión de sustentabilidad es concreto, relevante y sostenido en el tiempo", aseguró por su parte, Enrique Humanes, presidente de Bunge, que invirtió u$s 685.000 en acciones de impacto comunitario, como "Avia Terai (Chaco) sin Chagas" o "Aprendiendo a Comer en el Jardín", con la Fundación Bunge y Born; la "Maratón de Lectura", con la Fundación Leer; o "Cadena Productiva", con la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de San Lorenzo, provincia de Santa Fe.

En tanto, el responsable de la Fundación Cargill destacó que el área educativa es destino principal de sus programas de inversión social porque "tiene que ver con que la institución escuela es una de las principales en cada comunidad, donde por más chica que sea siempre hay una".

Además, Ferrer indicó que "el vínculo se da mucho por la importancia de la institución y porque algunos miembros de cooperadora pueden ser empleados de la empresa, o tienen familiares que lo son, o sus hijos van a esas escuelas".

"Lo usamos como algo a favor de la actividad, el hecho que los empleados estén vinculados a la institución donde se desarrolla", subrayó el ejecutivo.

Del mismo modo, Dow está en pleno desarrollo, junto a la Universidad del Sur y la Facultad Regional Bahía Blanca de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), de tecnicaturas en procesos continuos y mantenimiento industrial.

"Se lanzan a fin de año", precisó Marcela Guerra, de Dow, quien puntualizó que "llevamos la necesidad a las universidades y les planteamos la oportunidad de trabajar en conjunto para el desarrollo curricular. Diseñamos en forma conjunta el programa y vamos a participar en parte del financiamiento, que de nuestra parte será del 50% de los gastos".

Fuente: Télam.

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