Adelante de sus hijos

Merlo: asesinaron de 57 balazos a un subcomisario

El oficial fue abordado por cinco hombres cuando estaba llegando a su casa. Por ahora analizan la hipótesis de un robo.
sábado, 13 de febrero de 2016 12:45
sábado, 13 de febrero de 2016 12:45
"Anómalo”. Con esta palabra una fuente judicial definió ayer ante Clarín el homicidio de un subcomisario de la Policía Federal, ocurrido el jueves a la noche en San Antonio de Padua, partido de Merlo. El oficial jefe fue asesinado a balazos frente a su esposa cuando ambos llegaban a su casa y estaban por meter su camioneta en el garage. En este punto el episodio tiene las características de una típica entradera. Sin embargo otra circunstancia hace pensar a los investigadores en otro móvil: los supuestos ladrones, que no se llevaron nada, dispararon al menos 57 veces contra el policía, que recibió 14 impactos en el cuerpo.

"Pudo tratarse de un robo, pero sabremos más cuando declare la esposa, que quedó en estado de shock, y cuando se realicen las pericias balísticas”, detalló una fuente del caso a Clarín. El vocero también negó que la mujer haya recibido un disparo.

Todo ocurrió cerca de las 21.15 del jueves sobre la calle Ascasubi al 900, una zona residencial donde los vecinos aseguran que los hechos de violencia no son comunes. Allí llegó en su Ford Ranger 4x4 el subcomisario Pablo Antonio Goya (43), quien trabajaba en la División Armas y Agencias de la Superintendencia de Interior y Delitos Federales de la Policía Federal. El oficial vivía en ese barrio con su familia –esposa y dos hijas, de 8 y 12 años– desde hacía una década.

El jueves a la noche la mujer de Goya, que iba como acompañante, se bajó de la camioneta en cuanto llegaron a la casa, en el número 938. Fue a abrir el garage para que su marido guardara el vehículo. Entonces apareció un Volkswagen Vento color blanco con entre cuatro y cinco ocupantes. "No está claro lo que pasó. Si intentaron llevarse la camioneta o entrar a la casa o si fue otra cosa”, explicaron las fuentes consultadas.

Lo que sí se sabe es que cuando los hombres se bajaron del Vento empezaron los disparos. Una versión indica que Goya –que estaba de civil– logró sacar su arma reglamentaria y disparar entre 3 y 6 veces. Otra versión sostiene que eso no podrá determinarse hasta que las pericias balísticas estén terminadas.

Es precisamente la cantidad de disparos (al menos 57, todos calibre 9 milímetros) lo que hace pensar a la Policía que pudo tratarse de algo diferente a un robo. Uno de los investigadores consultados por Clarín sostuvo que la principal teoría apunta a varios tiradores. "Los casquillos no quedaron distribuidos en el piso como si se hubiera tratado de una ráfaga, por eso creemos, en principio, que hubo varios tiradores”, estimó.

Semejante despliegue de fuego –que abrió la hipótesis de que se usó una ametralladora– fue escuchado desde el cuartel de bomberos voluntarios de Padua, que queda a la vuelta del chalet blanco de dos plantas del policía. Los bomberos llegaron al lugar justo cuando los atacantes escapaban en el Vento.

Mientras la esposa era atendida por una crisis de nervios y se trataba de contener a las dos hijas del matrimonio –que estaban en la casa cuando ocurrió todo–, el policía fue trasladado al Hospital Eva Perón. Murió allí.

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