Compromiso

#Niunamenos: Mirta Tundis confesó que fue golpeada durante su embarazo

La diputada nacional por el massismo contó cómo sufrió la violencia en sus primeros años de matrimonio, en el marco de la campaña contra el femicidio.
miércoles, 20 de mayo de 2015 20:06
miércoles, 20 de mayo de 2015 20:06
"Nunca lo manifesté públicamente. Pero ahora me vino el compromiso y quiero estar como ciudadana en esa marcha, porque yo no tuve la oportunidad de que me defiendan o de que marchen por mí".

Así comenzó su relato por radio Mitre la diputada nacional por el masismo Mirta Tundis -conocida antes por ser periodista especializada en temas previsionales-, sobre la violencia de género que sufrió en los primeros años de su matrimonio.

Tundis respalda la movilización del 3 de junio que se realizará en todo el país bajo la consigna #NiUnaMenos, que tiene fuerte presencia en las redes sociales. En Córdoba también se hará la manifestación.

Esta es la historia de Mirta Tundis:

"En un momento me tuve que ayudar sola. Soy sobreviviente y quiero dar un mensaje  ositivo a las mujeres que sufrimos esta violencia.

"Imaginate que fue por los años 76-80. Yo me casé en el 74. Mi primer violencia es estando embarazada de siete meses de mi hijo. No dudó en pegarme. Y no tenía a quién reclamarle. Sentís que todos te cierran la puerta.

"No es que la quiera justificar a Mirtha Legrand, pero por ahí es el pensamiento de todas las personas de esa época. '¿Qué hiciste para que te peguen?' Como si una fuese siempre la culpable.

"Cuando acudí a la comisaría, y acudí acompañada de una amiga, una compañera de trabajo (...) acosada por tanto maltrato (...) imaginate que él había sido boxeador y la mano liviana no la tenía...Traumatismo de mandíbula...la familia de ella me llevaba a un médico particular para no ir a un hospital. Todo complotado de tal manera de que no salga a la luz...

"En la comisaría yo planteaba quiero irme a vivir con mis hijos a los de mi mamá...'Acá el único que puede venir a la comisaría a hacer la denuncia por abandono', me dijeron, y yo le decía, ¿que van a esperar a que corra sangre? 'Cuando corra sangre interveninos nosotros'...

"Volví a mi casa, a esa desazón, sentía que nadie me ayudaba....eran otras épocas.

"Esta es una cuarta parte. No quiero ahondar mucho porque fueron días muy terribles. Sentarse al lado de la cama con un revólver y decir 'vamos a jugar a la ruleta rusa'...y yo agarrada con mis dos hijos y él quemándome con un cigarrillo. Eso es lo menos de todo lo más que pasó...

"Un día mi hijo de 8 años me dice: '¿Mamá, nos vamos? nos separamos de papá? Ese fue mi momento. Tengo que defender a mis hijos. Protegerlos de un enfermo.

"Yo le enseñé a mis hijos que tenían que querer a su papá....que era un enfermo. Gracias a Dios mis hijos acompañaron a su padre (murió hace cinco años). Y yo misma lo ayudé a recibir atención médica a pedido del más grande.

"Yo tenía la puerta de salida en el momento en que él iba a trabajar. Pero había unas rejas, imaginarias, pero las rejas estaban. Cómo salir y cómo volver? Si me iba a buscar, si me iba a matar, si le iba a pasar algo a mis hjos.

"Yo a las mujeres le digo: se puede, sé que no es fácil, en mi época no podíamos acudir a nadie. No existía ni un medio que te haga una nota ni un número de teléfono (...) Hoy hay pequeñas armas. No está todo terminado y falta muchísimo, porque no tenemos lugar".

Fuente: La Voz

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