En Mendoza prohibieron el uso de purpurina y brillantina en las escuelas

Mientras Mauro, el pequeño santiagueño que fue internado luego de aspirar purpurina, presenta leves mejorías, en Mendoza se avanza para evitar similares casos de intoxicación. Desde la Dirección General de Escuelas (DGE) hicieron circular un memorándum que prohíbe el uso de purpurina y brillantina para realizar trabajos escolares tanto en nivel inicial como primario. En el documento se explica que se debe al "alto grado de toxicidad de dicha sustancia que puede provocar serios daños en la salud de las/os alumnas/os”. Esta decisión se suma a las restricciones en la venta de purpurina que impulsa la Dirección de Defensa del Consumidor de Mendoza. 

En los jardines de Mendoza están muy atentos a la noticia, ya que si bien generalmente no piden purpurina a sus alumnos, la brillantina es un material con el que están muy acostumbrados a trabajar. Beatriz Zangrandi, directora de Educación Inicial de la DGE, dio las razones de la decisión. "Aunque es un material que se ha venido utilizando hace muchos años en los jardines de infantes, ante esta noticia de la alta toxicidad que tienen, se tomó la determinación de alejarla de los chicos”, manifestó. 

Consultado por Diario Los Andes al respecto, el director de Toxicología de Mendoza, Sergio Saracco, apuntó a diferenciar la purpurina de la brillantina, ya que la primera puede causar efectos muy perjudiciales para la salud y la segunda no. "La purpurina es un polvo volátil compuesto por cobre, zinc y distintas estearinas que puede ser fácilmente inhalado junto con el aire ingresa por las vías respiratorias”, comenzó a explicar. "Por ser de tan pequeño tamaño hace que fácilmente llegue a los bronquiolos y alveolos”, continuó. 

El problema, tal como detalló el médico, es que al llegar a zonas tan profundas del pulmón produce un efecto que dificulta el normal pasaje del aire a la sangre lo que afecta a todos los órganos, sobre todo a los que consumen más oxígeno como el corazón, cerebro y riñón.

"El síntoma inicial es la tos y parece ser un caso leve, pero a las pocas horas se transforma en un caso grave”, precisó Saracco a la vez que destacó que, por esta razón, los pacientes requieren una internación precoz. El tratamiento incluye asistencia mecánica y el uso de antídotos. "Generalmente la recuperación empieza entre los siete y diez días posteriores y si la asistencia ha sido oportuna, no deja secuelas”, aseguró.

Muy diferentes son los efectos si una persona inhala brillantina. "En primer lugar, es más difícil aspirarla y en segundo, como se trata de hojuelas y su tamaño es mayor no llegan a las bronquiolos y alveolos, sino que se quedan atrapadas en la tráquea y en bronquios”, indicó el médico. Al quedar retenidos en estas cavidades pueden generar tos o alguna molestia, pero no implican ningún tipo de compromiso en la sangre.

 

"La expulsión se produce por mecanismos naturales o por una fibroscopía que implica colocar un pequeño cañito por la tráquea”, añadió. Por esta razón, según su visión no estaría muy justificada su prohibición. "En lugar de eso, debería resolverse a través de la educación y generar conciencia de percepción de riesgo”, afirmó.

A pesar de estas diferencias, Zangrandi remarcó que se decidió prohibir ambos productos por precaución. "Ambos son tóxicos y no tienen que estar al alcance de los niños porque pueden utilizarlos de alguna manera que los perjudique”, manifestó y aclaró que la norma estará vigente hasta tanto no se emita otra circular que la derogue.