Felipe de los Ríos, el futuro Ministro de Educación, un padre orgulloso y defensor de la calidad educativa

Accesible. Así fue siempre la relación de Felipe de los Ríos con los medios provinciales y también con la comunidad educativa. Hasta el momento eso no cambió, pese a que desde el 10 de diciembre se mudará al Ministerio de Educación por pedido del gobernador electo Dr. Sergio Uñac.  Su oficina es una gran sala de profesores con un mesón colmado de papeles.  De los Ríos recibe a Diario La Provincia sentado a la cabecera aclarando que tiene pocos minutos.

"Egresé de la Escuela Boero en el 1976. En un determinado momento comencé la facultad de ingeniería con vistas a la carrera de Ingeniería Electromecánica orientación Control. Comencé a trabajar en la planta de Radio Colón, en la parte técnica. El director de esta escuela en ese entonces, Alfonso Clavijo, me convocó para llevar adelante el laboratorio de la especialidad electrónica. Era una suplencia corta, pero se fue alargando y luego accedí a otros cargos. He estado en los distintos escalafones. He sido maestro de enseñanza práctica, jefe de sección, jefe general de enseñanza práctica, en lo que refiere al laboratorio, también he sido ayudante de trabajos prácticos, jefe de trabajos prácticos y jefe del laboratorio”, comenzó contando sobre su experiencia en la institución. 

En la conducción de la escuela,  ejerció primero la vicedirección y hasta el momento,  la dirección.  "En el año 1993 estuve a cargo de la dirección por un año, y en abril del 1994 ya asumo de carácter interino. Estuve de licencia dos años, que fue el tiempo que ejercí la Dirección de Nivel Medio de la Provincia en el Ministerio de Educación”, continuó. Si bien las obligaciones por el trabajo y la conformación de su familia le coartó las posibilidades de seguir en la facultad de ingeniería  decidió volcar sus estudios hacia la educación.  "Posteriormente hice el profesorado de nivel medio en tecnología y además soy Licenciado en Gestión Educativa”, agregó.

Igualmente, el sueño de ser ingeniero se proyectó en su familia, y hoy cuenta orgulloso que su hijo mayor logró concluirlo. "Tengo un hijo que cumplió mi sueño y se recibió de ingeniero electrónico y se desempeña en la provincia de Neuquén. Mi otra hija también es profesional, se recibió de diseñadora gráfica y trabaja en un medio provincial. Soy un padre orgulloso. Para ninguno de los dos fue de buen agrado este compromiso que he asumido, fundamentalmente por la preservación de la salud. Los ciudadanos somos muy críticos de la función pública, como debe ser. Yo también lo soy. Pero pocas veces ponemos en valor todo lo que esa persona tiene que poner en juego y llevar a delante”, expresó el funcionario.

Una de las frases más recordadas del  gobernador Gioja es la que reza que "todo obispo quiere ser papa”, sin embargo, De los Ríos asegura que no es su caso. "No soñé con ser ministro. Creo que la vida le va dando a uno oportunidades que nunca pensó. Uno debe tomar decisiones fuertes que a veces sopesen sobre la conveniencia personal de no enfrentarse a un gran desafío.  No era una expectativa de vida que me había propuesto. Cuando la provincia en la que uno vive, o la comunidad en la que se desempeña, requiere de su acompañamiento, uno no debe desistir. El comportamiento ciudadano es de ayudar y colaborar con lo que uno humildemente sabe”, aclaró.

Aunque todavía no quiere adelantar mucho sobre el gabinete,  sí confió cómo fue el ofrecimiento. "En un determinado momento fui convocado por el actual gobernador electo para una entrevista y allí surgieron ciertos lineamientos que tienen que ver con una mirada que tiene Uñac con respecto a la provincia y en particular a la educación. Esto devino en la presentación de un proyecto y se conformó un grupo de profesionales que son los que luego él va a ir definiendo”.

El director habló sobre qué características de su gestión en la escuela técnica va a trasladar hacia el ministerio, y destacó su combate contra las adicciones en los jóvenes. "Las vivencias que uno tiene en educación son únicas porque cada escuela tiene su lógica comunicacional, funcional. Al menos esta que es una escuela grande con 2300 alumnos, tres turnos y 420 docentes en total, es una institución que le enseña mucho a uno sobre todo en el área comunicacional. Cómo funcionan las cosas y cómo hacer para que los alumnos tomen de buen agrado las indicaciones y esto es atravesado por un contexto exterior que tiene dificultades. Tenemos una sociedad que si bien ha ido mejorando en ciertos parámetros, tiene problemas conductuales. Por ejemplo en los adolescentes hay algunas sustancias que pueden ser propicias para el deterioro de la salud y esto lleva después a una adicción. Desde la escuela siempre hemos tratado de abordar estas situaciones de manera integral, es decir, que nos hemos ocupado de la familia, del alumno y del problema. Hemos abordado la situación pidiendo a profesionales que nos ayuden para que los padres comprendan y asuman el problema. Si bien es más lento el proceso, la satisfacción es mayor porque después se reinserta, termina de estudiar, es un buen ciudadano y esto pasó a ser una hoja en su historia de vida”, explicó.

"Sergio Uñac ha planteado su preocupación para que el ministerio aborde la calidad educativa. Pero no la calidad como un resultado, sino como una construcción de muchas aristas. Los padres tienen que volver a las escuelas, no como demandantes de soluciones sino con una actitud colaborativa, participativa. La educación no es un problema solamente de los docentes, sino de la sociedad en su conjunto. La escuela debe estar abierta a las sugerencias, a la explicitación. Los docentes tienen que ser valorados por la sociedad”, finalizó.