Año a año, aumenta la cantidad de basura arrojada al canal Benavídez, uno de los más extensos de la provincia y que pasa tanto por zonas rurales como urbanizadas. Además de ser usado en temporadas de verano como "pileta" con los riesgos que ello conlleva, el curso de agua necesita ser revisado en función del crecimiento poblacional a su alrededor.
El director de Hidráulica, Maximiliano Delgado explicó a Diario La Provincia que "se extiende por varios kilómetros por lo que ahora realizamos un relevamiento de los puntos en los que podría necesitar ser entubado o incluso desviado su cauce. Para ello se tiene en cuenta que está generalmente a mayor altura en referencia a las viviendas pero rodeado por ellas en varios puntos".
"El tema del arrojo de basura es cultural y social. Pensar que el agua se llevará desde bicicletas hasta lavarropas y los cadáveres de animales habla mucho del desprecio a la verdadera función del canal y el desconocimiento de la contaminación que se genera", manifestó.
El relevamiento se tendrá este año y se comenzará a trabajar en un preproyecto. "Allí ya podremos hablar de las zonas en las que trabajará en concreto y qué presupuesto demandaría. Con ello se tiene un concepto más real sobre las necesidades y tiempos que demandará. Se trata de una gran obra que requerirá de una cuidadosa planificación", remarcó.
