Homenaje

Escritores de Coquimbo investigarán sobre Domingo Faustino Sarmiento

El trabajo se hará en Chile y Argentina, lo que permitirá recabar información bibliográfica y de los archivos de éstas y otras repúblicas vecinas, para posteriormente ser publicado.
martes, 26 de julio de 2016 17:21
martes, 26 de julio de 2016 17:21

La Sociedad de Acciones Literarias de la Región de Coquimbo (SALC), realizará un trabajo investigativo en los próximos meses con sus asociados y con los de la Sociedad Pedro Pablo Muñoz Godoy (SPPMG), sobre la vida de Domingo Faustino Sarmiento.

Este trabajo de investigación se hará en Chile y Argentina, lo que permitirá recabar información bibliográfica y de los archivos de éstas y otras repúblicas vecinas, para posteriormente ser publicado.   

Una delegación de escritores e historiadores chilenos revisará en Bibliotecas y Archivos de distintas regiones de Chile y también en San Juan, Mendoza, Buenos Aires, Montevideo y Asunción.

Según la Sociedad de Acciones Literarias de la Región de Coquimbo (SALC), ya en la década en que murió Domingo Faustino Sarmiento 1811—1888, el abogado, historiador y académico de la Universidad de Chile, don Juan Guillermo Guerra, publicó un libro denominado "Sarmiento, su vida y sus obras”. Este abogado, de origen copiapino, hizo una presentación muy concurrida a principios del siglo pasado, en la ciudad de San Juan, tal como lo consigna la Revista Zig-Zag de aquella época.

Este libro, prácticamente desconocido por la bibliografía argentina, e incluso para sus biógrafos oficiales, tiene la trascendencia que cuenta detalladamente de la relación de Sarmiento con Chile, en sus cerca de diez años en que vivió en nuestro país —y los cientos de veces que estuvo esporádicamente, incluido su hijo nacido aquí—; y que sirvió a la Educación, a la diplomacia y vivió y trabajó en el Norte chileno.

Domingo Faustino Sarmiento ex presidente argentino e hijo ilustre de San Juan—trabajó en Chile: en Valparaíso, en Los Andes (Pocuro), Vallenar y Chañarcillo, donde fue mayordomo de minas y participó con la intelectualidad regional de aquella época, aportando con traducciones de importantes libros de otros idiomas y desarrollando su mayor tesis escritural que publicaría posteriormente, que llamó: "Facundo, Civilización o Barbarie”.

En esta zona también recibió muchos aportes económicos y ayuda de parte de la comunidad nortina, que cooperó para que se convirtiera en estadista y conocedor del carácter de Chile. Además, trabajó como minero, conoció esta industria, y le sirvió para incorporar a esta labor a cientos de argentinos que habían huido de las refriegas dictatoriales de ese país.

Después, él cumplió muchas funciones para el Gobierno de Chile, tanto dentro del país como en el extranjero, y, especialmente, del Presidente Manuel Montt. También, tuvo grandes controversias intelectuales con las más brillantes mentes de aquella época de Chile: José Victorino Lastarria, Guillermo Matta, Valentín Letelier, Benjamín Vicuña Mackenna, Jotabeche, etc. Su paso y su vida en Chile fueron tan trascendentes, que junto con Andrés Bello, Lambert y Domeyko, etc., son de las experiencias más fructíferas de extranjeros en Chile. Aportaron increíblemente al desarrollo de nuestro país e incorporaron a cientos de extranjeros a trabajar en Chile y, que, después muchos de ellos, volverían a sus países de origen, a ocupar los más altos cargos; y otros, que se quedaron, como las familias de los historiadores: Pedro Pablo Figueroa y Carlos María Sayago. Incluso, muchos de ellos se enrolaron en el ejército chileno y participaron como soldados y oficiales en la Guerra del Pacífico.

"Aquí, están unidos los mayores logros del trabajo intelectual y comunitario de estas dos Provincias a partir de las visiones que Sarmiento escribió en sus obras; del ser de nuestra Región, de sus relaciones políticas con las Instituciones públicas, con las autoridades regionales, con los intelectuales de aquella época y, especialmente, con su trabajo en la poesía que es una faceta muy desconocida, entre otras virtudes de este prócer, que aparecen en este libro”, comunicó la SALC.

"Hoy día, cuando estamos ad portas de un proceso de unión definitivo a través del "Paso de Agua Negra”, resulta fundamental para América Latina, para Chile, para Argentina y, esencialmente, para las Regiones de Coquimbo y San Juan, este libro que viene a demostrar una vez más y, en forma magnífica, que desde el inicio de la República, la relación e intercambio ha sido una base sustentable del crecimiento de ambos países”, comunicó la institución.

También, la SALC buscará re-editar: "Sarmiento, su vida y sus obras. Primera bi(bli)ografía post mortem”, de Juan Guillermo Guerra, la cual nos permitirá agregar un registro periodístico y fotográfico de su lanzamiento en la ciudad de San Juan de aquella época, que habla por sí mismo de la gran importancia que fue para ambos países y que también será una gran oportunidad para intercambiar a todo nivel en nuestros países y en el ámbito internacional, ya que será palmario que Chile y Argentina han desarrollado la colaboración, amistad por varios siglos. Además, nos permitirá hacer una reflexión contextualizada, contemporánea y crítica en torno al legado de Sarmiento, su relación con Gabriela Mistral, con la región de Coquimbo, con el Norte chileno y con la cultura latinoamericana de aquella época.

 Don Juan Guillermo Guerra señala en su libro, entre otros, respecto a Sarmiento: "Sarmiento, que también se sintió tentado por el deseo de aventurar, se embarcó para el Huasco, de donde pasó a Copiapó y en seguida a Chañarcillo. Ocupó un puesto de mayordomo en la mina Colorada, propiedad de don Nicolás Vega, y en sus nuevas tareas tuvo como compañeros a muchosargentinos de todas las condiciones sociales, de los que, huyendo de Facundo Quiroga, llegaban a las minas a trabajar como peones o mayordomos. Una parte de estos emigrados eran, como Sarmiento, naturales de San Juan, y habían sido sus camaradas en la escuela o en las campañas revolucionarias. Durante su estadía en las minas, adoptó Sarmiento, con el fin de hacer economías y poder enviar algún dinero a su familia, el pintoresco traje de los mineros. Calzaba babucha y escarpín; llevaba calzoncillo azul y cotón listado, engalanando este fondo, a más del consabido gorro colorado, una ancha faja, de donde pendía una bolsa capaz de contener una arroba de azúcar, en la que tenía siempre uno o dos manojos de tabaco tarijeño”.

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