El reencuentro con el recuerdo de una persona que le tengo una profunda estima y admiración. No solamente porque me dio mi primer personaje importante en cine sino porque él como cineasta ha hecho una parte importante de la cultura fílmica del país. Es un referente muy notable. Pocas veces he visto una coherencia íntimamente unida en un individuo como Leonardo que era lo que él decía que era. Decía lo que iba a ser y lo hacía. Cada vez que aparece un individuo con este talento y además se nos muere joven, junto con el recuerdo merecido que le hacemos, da pena que no este.
¿Qué visión tiene usted del futuro del cine en Argentina?El futuro va depender fundamentalmente que se siga esta política de apoyo al cine. Lo digo porque hay un prejuicio muy extendido. Todos los individuos que tienen empresas metalúrgicas, automovilísticas o aserraderos se las pasan permanentemente pidiendo beneficios industriales, créditos blandos o que los bancos del den aquello u otro. Cuando el cine pide empiezan a decir para que el cine pide. El cine es una industria, si la tomamos como tal es una industria tan multiplicadora y tan importante como la construcción o como la metalúrgica. Estados Unidos basó una parte importante de su primavera económica en el cine. El cine americano está trabajando en función de parámetros beneficiosos como industria. Esa industria exige por la singularidad de su tecnicismo requiere una gran infraestructura que le permite hacer buen cine. Estamos peleando todos los años con los famosos tanques americanos. Producen tantas películas por años y llegan al país centenares de títulos que se hace muy difícil competir. La lucha es esa y será por mucho tiempo hasta que podemos crear un modelo como el que tiene Francia.
Según su balance la industria ha crecido ¿Cree que el espectador valora esto?Voy a dar algunos ejemplos importantes. Desde la época mítica cuando yo hice Tiempo de revancha fue un éxito descomunal. Ahora mismo Campanella con el Secreto de sus ojos ha hecho un hit que ganó a películas norteamericanas. Tenemos la posibilidad de luchar contra el cine extranjero. Pero esto no ocurre todos los años esto y cuando sucede nos damos cuenta que tenemos posibilidades reales de competir. Si pudiéramos hacer 5 películas así por año ganaríamos mucho terreno.
¿Qué evaluación hace la televisión actual?Es discutible. Lo que si digo me parece que la televisión anda muy bien. Yo le decía a un periodista que más allá que hay programas rechazables y otros visibles, lo curioso que en lo narrativo y en lo técnico hay un plantel de directores y actores notables. Muchos mejores de los que había en mi época en cantidad y calidad.
¿Cómo califica usted la realidad del país?
Yo me pase toda la vida como argentino desde el lejanísimo gobierno de Frondizi golpe de Estado, Illia golpe de Estado, Perón golpe de Estado. Después vino Menem, la alianza y Duhalde ha sido todos en mi vida estruendosos fracasos. De todos los dirigentes políticos guardo un recuerdo miserable e incapaz de justificar su estado en la política. Hoy mismo veo en las campañas políticas individuos y me pregunto ¿Por qué están políticas? Ya lo sé, es para servir al mejor postor. Entonces en este gobierno, sin endiosarlo, estoy viendo la voluntad política de hacer las cosas mejor hasta tal punto de que hay cosas irreversibles ya conseguidas que ya volverán atrás. Aunque haya derrotas, barquinazos o algún puente de roto pero creo que se demuestra que hay un camino. En la Argentina de hoy pese a todo se puede avanzar.
Si lo tuviera de frente a Leonardo Favio ¿Qué le diría?
Que viva 120 años. Si pidiera apelar a la magia divina diría que es un tipo imprescindible.
